Dos amigas viejitas estaban en una misa muy larga. Tras pasar mucho tiempo sentadas, una le susurra a la otra:
- Tengo las nalgas dormidas.
Y la amiga responde:
- Sí, ya sé, las oí roncar tres veces...
- Tengo las nalgas dormidas.
Y la amiga responde:
- Sí, ya sé, las oí roncar tres veces...
Llega un hombre a casa y le dice a la mujer: -Cariño, me han echado el trabajo. Tendrás que aprender a cocinar, que no nos queda más remedio que despedir a la cocinera. La mujer le contesta: -No te preocupes, si tu aprendes a hacer el amor, podemos despedir también al jardinero. |